jueves, 17 de julio de 2014

México restringe publicidad de refrescos y dulces para combatir sobrepeso infantil

El gobierno de México decidió restringir los anuncios publicitarios de refrescos, botanas, confitería y chocolates en horarios infantiles de televisión y cine para luchar contra el sobrepeso y obesidad que afectan a 30% de los niños de este país, informó este martes la secretaría de Salud.

El gobierno de México decidió restringir los anuncios publicitarios de refrescos, botanas, confitería y chocolates en horarios infantiles de televisión y cine para luchar contra el sobrepeso y obesidad que afectan a 30% de los niños de este país, informó este martes la secretaría de Salud.

“Saldrán del aire 10.233 anuncios” y se estima que esta medida eliminará “40% de la pauta (anual) publicitaria” en televisión correspondiente a los alimentos altamente calóricos señalados, señaló la institución en un comunicado.

Las restricciones, que se harán efectivas a partir de este mismo martes, abarcan retransmisiones en televisión abierta y de cable durante los horarios de 14H30 a 19H30 de lunes a viernes y de 07H00 a 19H30 sábados y domingos, así como en algunas exhibiciones en cines.

Ahora, “solamente podrán publicitarse en programas infantiles aquellos productos que cumplan con criterios nutrimentales”, señala la secretaría de Salud.

La obesidad es uno de los principales problemas de salud en México, un país de más de 118 millones de habitantes. Según cifras oficiales, un 70% de los adultos y un 30% de los niños padecen sobrepeso u obesidad.

El país latinoamericano, el mayor consumidor de bebidas azucaradas en el mundo con 163 litros per cápita al año y cuyos habitantes son aficionados a una alimentación cargada de frituras, ostenta además la más alta prevalencia de diabetes entre los 34 países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Según expertos, los costos directos e indirectos para el sistema de salud público mexicano derivados de los problemas de peso alcanzarán los 150.000 millones de pesos (unos 11.700 millones de dólares) hacia 2017.

Una reforma fiscal aprobada por el Congreso a finales de octubre pasado elevó el impuesto a la comida altamente calórica a un 8% e impuso un gravamen de un peso (0,07 dólares) por cada litro de refresco.

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