"No tenía muchas ilusiones, hasta que el joven que me atendió me dijo que tenía un premio de un millón de pesos. Me alegré mucho, ya que era buena plata, pero cuando me dijo que era mensual y por diez años casi me desmayé", dice Ana Lavinia Saldivia Aguilar.
Foto: Reproducción
Reparar el techo de su vivienda que está con goteras, comprar un par de zapatillas porque las suyas están como “tela de cebolla” y adquirir un auto pequeño ya que está aburrida de andar en bicicleta y en colectivo, son algunos de los deseos que podrá cumplir Ana Lavinia Saldivia Aguilar (57), de Punta Arenas, ganadora de un sueldo mensual de un millón de pesos por 10 años en la categoría Chao Jefe Recargado del sorteo número 1.669 de Kino de Lotería.
Casada y con dos hijos, la vecina de la población Pedro Aguirre Cerda, en el barrio sur de la ciudad austral, dice que de no haber sido por las inclemencias de este invierno magallánico quizás no habría obtenido el premio: “Todo fue muy fortuito. Producto de las nevazones se nos hicieron algunas goteras en el techo, se humedeció la casa y se me puso fea la cortina de baño, así que tuve que ir al local de Sodimac a comprar una nueva y ahí la cajera que me atendió me ofreció llevar un cartón de Kino”. Pagó y lo guardó en su cartera.
Días después aprovechó que andaba de compras en la Zona Franca y pasó a revisar su boleto en una agencia. “No tenía muchas ilusiones, hasta que el joven que me atendió me dijo que tenía un premio de un millón de pesos. Me alegré mucho, ya que era buena plata, pero cuando me dijo que era mensual y por diez años casi me desmayé. Me tuvieron que llevar una silla para que me sentara y me dieron un vaso de agua. No lo podía creer”, comenta.
Una vez recuperada de la impresión, la mujer oriunda de Chonchi, en la Isla Grande de Chiloé, partió rauda a su hogar para darles la buena nueva a su esposo desde hace 34 años, José Muñoz Mansilla, quien trabaja haciendo obras menores en la construcción, y a su hijo Pablo, estudiante de la Universidad de Magallanes. También llamó a su otra hija, quien está casada y vive en Santiago, y le prometió a su perrita Donka, una bóxer de 7 años, que a partir de ahora comerá los mejores pellets.
Haciéndole honor al nombre del premio, Ana fue a presentar su renuncia al restaurant Centro Hijos de Chiloé (en 2013 ocupó el tercer lugar en el concurso de las mejores picadas de Chile en un concurso organizado por el Ministerio de Cultura), donde trabaja como cajera part time, pero su jefa le pidió que continuara con ellos porque la querían mucho. “Al final decidí seguir trabajando porque me valorizaron como persona y además en la casa me iba a aburrir como ostra”, dice.
Cuenta que antes de trabajar en este popular local vendía plantas de interior, cuidaba niños y se empleaba en el sector comercio para apoyar económicamente a su marido. “Iba para todos lados en mi bicicleta para ahorrar dinero, pero desde que estoy en el restaurant la dejé y he subido como dos kilos”, comenta sonriendo la mujer, que más adelante espera poder salir de vacaciones con los suyos, “como nos merecemos después de tantos años de sacrificio”.
La ganadora del Chao Jefe Recargado está muy feliz de que el premio sea mensual, ya que le permitirá llevar un orden y “no hacer zumbar la plata”.
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