Los duelos del Manchester United, el Tottenham y el Arsenal fueron protagonistas por hechos externos al fútbol. Foto: Getty Images
Este sábado arrancó la Premier League de Inglaterra, una de las ligas más importantes de Europa y la más millonaria del mundo.
Sin embargo, toda la preparación previa de los partidos y la acostumbrada planificación británica, no lograron que estuviera exenta de “chascarros” que hicieron que por un instante el fútbol pasara a segundo plano.
El primero de ellos se vivió en el duelo inaugural del certamen entre el Manchester United y el Swansea City, donde los visitantes dieron la sorpresa venciendo por 2-1 a los “Diablos Rojos” dirigidos por Louis Van Gaal.
Durante el partido, y mientras Ashley Young protestaba airadamente por un cobro del juez Michael Dean, el excremento de un ave entró justo en la boca del volante; acción que fue captada por las cámaras de televisión.
Además, en la victoria por 1-0 del Tottenham en calidad de visita ante el West Ham United, un hincha invadió el campo de juego y se dio el lujo de pegarle a un tiro libre.
Todo sucedió a los 64 minutos, cuando el danés Christian Eriksen se paró frente al balón y tomó distancia para lanzar el cobro.
En ese momento, un fanático eludió la seguridad, saltó a la cancha de Upton Park Stadium, se dirigió hacia el balón y ejecutó el remate mientras corría, ante la desconcertada mirada de los futbolistas.
El disparo fue contenido por el portero español Adrián de los locales, cuando el hincha abandonaba la cancha con los guardias del reducto aún detrás persiguiéndolo.
Pero eso no fue todo, pues en el triunfo por 2-1 del Arsenal como local sobre el Crystal Palace, el juez Jonathan Moss fue protagonista al rosear al español Santi Cazorla con el aerosol para delimitar la zona de los balones detenidos.
El elemento está debutando esta temporada en la Premier League y al parecer aún no se acostumbran los jueces, pues el colegiado inglés tuvo problemas para marcar el césped con un cobro al minuto 41.
Al no poder hacerlo, levantó la botella e intentó hacerla funcionar en el aire, vertiendo el contenido en el rostro del volante “gunner” que se disponía a ejecutar el tiro libre.
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