El ejemplar propone un recorrido artýstico con fotografýas y anýlisis de las obras que hicieron del pintor neerlandýs una figura tan influyente.
MADRID.- Jerýnimo Bosch, el Bosco, es uno de los pintores mýs misteriosos y a lo largo de la historia de los que ha despertado mýs interýs, tanto por su obra como por su personalidad.
A estos dos aspectos estý dedicada la obra que la editorial Taschen ha publicado sobre el artista y de la que es autor el historiador Stefan Fischer.
En una ýpoca en la que el arte buscaba armonýa y brillantez, ilusionismo y monumentalidad, el Bosco (Bolduque, 1450-1516) siguiý un camino distinto con obras innovadoras, de contenido religioso y moral expresado de forma satýrica y, frecuentemente, con pinturas pobladas de figuras grotescas.
El presente libro, publicado con motivo del prýximo 500 aniversario de la muerte del pintor neerlandýs, incluye nuevas fotografýas de pinturas restauradas recientemente y abarca el conjunto de su obra artýstica.
A travýs de reproducciones de alta calidad y ricas en detalles y de un enorme desplegable de mýs de 110 cm de anchura de "El jardýn de las delicias", el libro propone un recorrido artýstico que cuenta con extensas introducciones en las que Stefan Fischer explora quý elementos del Bosco y de su obra hicieron de ýl una figura tan influyente.
Los orýgenes familiares y las primeras obras del pintor, su ascenso social y artýstico y un amplio estudio de "Las tentaciones de San Antonio", "El jardýn de las delicias" y "El juicio final", sus obras tardýas y su herencia forman los diferentes capýtulos del libro, de 29 por 39,5 cm y 300 pýginas.
Destaca tambiýn el amplio catýlogo pictýrico en el que el autor hace un resumen de cada una de las obras del Bosco y de las que en algýn momento se le han atribuido a su mano, asý como las realizadas por su taller y seguidores.
Historiador del arte y reconocido experto en este pintor, Stefan Fischer considera en el libro que las pinturas del maestro neerlandýs no cuadran ni en la pintura flamenca sobre tabla del siglo XV ni en el arte pictýrico al norte de los Alpes que, a lo largo del siglo XVI, se vio impregnado cada vez mýs por el Renacimiento.
Retratista de sueýos y pesadillas
A lo largo de su profundo estudio, Fischer analiza muchas de las afirmaciones errýneas que se han hecho durante aýos, como que era un marginado social, cuando en realidad siguiý la carrera que le hizo entrar en las filas de la ýlite de la ciudad de Bolduque (sur de los Paýses Bajos).
El Bosco recogiý las tradiciones iconogrýficas y las concepciones del arte de finales de la Edad Media sobre lo grotesco y lo jocoso, "y las trasladý del ýmbito de las artes marginales, como la iluminaciýn de manuscritos, la escultura para construcciýn y la talla, a la pintura sobre tabla".
Segýn Stefan Fischer, el Bosco convirtiý lo grotesco como expresiýn satýrica de lo moral en una expresiýn artýstica que se fue extendiendo cada vez mýs a lo largo del siglo XV, en textos y en las artes plýsticas, como su seýa de identidad. "Es mýs: contribuyý decisivamente a que se consolidara como un estilo o gýnero artýstico permanente".
En opiniýn del historiador, "lo grotesco y lo hýbrido resultan ser, hasta la actualidad, un principio transcultural universal, que hace que el Bosco resulte interesante por encima de las fronteras culturales y lingýýsticas". Ademýs, habrýa que valorar en su justa medida el significado del Bosco para la evoluciýn de la pintura paisajýstica y de gýnero.
El interýs de Fischer sobre el artista se centra tambiýn en su vida personal, sobre la que los investigadores no han conseguido extraer de los numerosos documentos nada destacable ni tampoco nada que explique directamente su arte.
"En contra de su posterior fama internacional y de sus creaciones iconogrýficas atemporales, el Bosco estuvo muy unido a su ciudad natal, en la que pasý la parte mýs importantes de su vida o quizý incluso toda ella. No existe ningýn documento que pruebe su estancia en otro lugar".
En la actualidad, solo 20 pinturas y ocho dibujos se atribuyen con total certeza a la mano del Bosco, quien continýa siendo considerado un visionario, retratista de sueýos y pesadillas, ademýs del pintor por antonomasia del averno y sus demonios.
A ýl dedicarý en 2016 una gran exposiciýn el Museo del Prado, en Madrid, en la que por primera vez se podrý contemplar en Espaýa el "Trýptico de las tentaciones de San Antonio". El Prado conserva en su colecciýn destacadas obras del artista; entre ellas, "El jardýn de las delicias", "Las tentaciones de San Antonio Abad" y la "Adoraciýn de los Reyes Magos".
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